Era el año ´95 y me ofreció acercarme y conocer este mundo del audiovisual, casi sin darme cuenta me surgió la oportunidad de un trabajo, un documental en las minas de Rio Tinto, sustituyendo al ayudante habitual y ahí empezó todo.
Las fotos que os muestro son de mi cuaderno de ese rodaje (mi particular “American Cinematographer”) el cual guardo con mucho cariño y que en su momento me fue fundamental, para identificar las cosas, para saber el orden de montaje, etc...
Él me enseña todo lo que sé de este “mundillo”, a comportarme en un rodaje, las buenas formas con el material, a respetar la jerarquía, me transmitió todo el cariño, pasión y respeto que hay que tener para disfrutar de este trabajo, me dió la oportunidad de tener un oficio, algo impagable.
Muchas gracias por todo Víctor.